sábado, 3 de diciembre de 2005

Sabina ha muerto. ¡Viva Joaquín!

Siempre he dicho que Julio César Chávez debió retirarse del boxeo tras la pelea en que vapuleó a Héctor "El Macho" Camacho.

Sería recordado como el mejor púgil mexicano de todos los tiempos --sé que quizá lo sea--, pero me ha dado lástima verlo en los últimos años, boxeando por miserias de dinero, casi en ferias de pueblo.

La fama, el arte, la gloria, pero sobre todo, el talento, no duran para siempre.

Rulfo lo sabía.

No por nada sólo publicó y difundió dos libros: El llano en llamas y Pedro Páramo. (El Gallo de Oro son textos para cine).

También creo que Hugo Sánchez debió colgar los botines tras su último juego oficial con Real Madrid. Es y será el mejor futbolista mexicano en la historia, pero debió ahorrarnos su paso por el Rayo Vallecano, por el Atlante, por el América y por el Celaya.

También, he oído decir a los que saben, que las últimas obras de los hermanos Coen y de Woody Allen son de baja calidad y predecibles. Quizá ya no deberían hacer más películas. Quizá ya filmaron lo que tenían que filmar.

Yo mismo, he dejado la vida sórdida y nocturna de los bares y el alcohol. Las madrugadas abrevando de la sabiduría ancestral del tequila, quedaron atrás.

A veces pienso que ya bebí lo que tenía que beber. Algún día, quizá, diré que ya viví lo que tenía que vivir.

En un post pasado hablé del nuevo disco de Sabina. No lo compré en cuanto salió porque tenía que guardar la mayor cantidad de dinero posible para mi viaje a Carolina del Sur.

Hace unos días lo bajé por Internet y después de escucharlo, agradecí no haber invertido ni un peso en él.

Nunca creí que alguna vez escribiría lo siguiente: Las canciones son aburridas, con metáforas obvias, predecibles, sin exigirle al escucha un poco de interpretación. Difícilmente logré escuchar una de ellas por completo, a los 2 minutos me fastidiaban y cambiaba a la siguiente.

En algunas, Sabina utilizó groserías, a mi parecer sin sentido. Al viejo Sabina le bastaba una analogía o metáfora profunda para escandalizar a cualquiera, para ser irreverente, duro, contestatario, pornográfico, inmoral.

Nada más fácil que decirle hijo de puta a un hijo de puta.

Quizá --y no me ha convencido del todo-- la única canción que se salva es una que habla de que todos están en guerra contra todos, pero no es mejor que la peor canción del Esta boca es mía (analizado por mí en este blog) o del Yo, mi, me, contigo, o del Mentiras piadosas, o del Juez y parte.

"La canción más hermosa del mundo" es para mí la última gran canción de Sabina e intuyo que lo es porque estoy seguro que la escribió al borde de la muerte --literalmente--. Como antes, el viejo Sabina siempre escribió, amó, tocó, cantó, peleó, cogió, en fin, hacía todo al borde de la muerte.

Por cierto, una frase de "La canción más hermosa del mundo" le da nombre a este humildísmo blog.

Nunca creí que lo diría, pero para mí, Sabina --mi Sabinita, el más grande escritor de música popular en nuestro idioma-- murió tras sus 19 días y 500 noches en el infierno.

¡Viva el rey!



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