martes, 28 de junio de 2005

Notas sobre los mensajes anteriores

Debo reconocer que me dio gusto que Castañeda respondiera a mis mensajes. No por nada fue mi primer editor (en el buen sentido del término) cuando me publicó, sin conocerme, a los 17 años.

Respecto a su mensaje, me dio mucha risa cuando dice "veo que ya estás hecho un hombre".

El único que me lo había dicho es mi papá, y siempre con tintes bélicos y en diminutivo:

"Ya cabrón, busca trabajo o a ver qué haces. No te voy a estar manteniendo. Ya eres un hombrecito".

Nótese que dijo "hombrecito", como Creel al Peje.

Espero un día hablarle al Castañeda para ir a emborracharnos... Aunque lo he dicho hasta el cansancio: no debemos conocer a nuestros (anti)héroes.

Seudopoetas de bar de mala muerte (II)

Contrario a la canción norteña que dice "te escribí una carta y no me contestastes", el maese Castañeda me respondió el correo que le mandé con el texto del post previo. Helo aquí.

Mi querido y estimado Héctor.
Que milagrazo hermano. Sabes perfectamente que no puedo, no podemos, ser como los demás. La inteligencia, la agudeza bien empleada cada vez resulta más escasa. A mi edad todo es perfecto para mandarlo a la goma: el auto, los jeans de moda, la american express y hasta las viejas que quieren envejecer contigo.

Quién me viera, verdad, más salvaje que nunca, arañando a ratos la gracia de abrazar veinteañeras que enloquecen con frases como "besé su pezón como estuviera bebiendo una corona bien fría" o penetrándolas mientras Sabina canta "Así estoy yo sin ti".

Y por supuesto que recuerdo aquellos lejanos días del ESTO y también del par de cartas que me enviaste (que, por cierto, aún conservo). Veo que estás hecho un hombre, que ya no eres un adolscente y que sigues "enganchado" a Sabina y a Bukowski, igualito que este servilleta. Me da gusto saber que aquel Cabaret Pop, que ahora es un Manual para canallas, haya dejado huella en tu persona.

Un abrazo, mi hermano

PD.-La dirección es para que me escriban los canallas, a medias o de tiempo completo, sin importar que sean hombres o mujeres. Claro que a las mujeres les contesto primero, ja.
PD2.- Y si. Ojalá que esas chelas dejen de estar pendientes.

Seudopoetas de bar de mala muerte

En un mensaje previo, había hablado de Roberto Castañeda, mi "mentor" en esa dorada época llamada adolescencia. El adolescente, adolece.

Después de muchísimo tiempo, alejado de los medios impresos, al menos para mí. Volvió a escribir una columna en EL UNIVERSAL GRÁFICO. Aperece los jueves y se llama Manual para canallas. Por supuesto el nombre de esta columna es un homenaje al Sabina. El sagaz aficionado entederá lo que digo.

Un jueves me encontraba en TV Azteca, esperando a que Lliliana terminara unas notas. De repente vi EL GRÁFICO y lo comencé a leer. Cuando leí la columna de Castañeda me transporté directamente a la incomprensión, al dolor, a la soledad, a la ausencia de los amigos que dejé ir.

Al ver que la columna tenía una dirección electrónica, decidí escribirle a mi (anti)héroe una vez más. A pesar de creer que soy iconoclasta, le redacté un texto que trataba de ser literario, pero sólo confirmó lo que me temía. Que los años no me quitan lo malo para escribir.

Reproduzco el texto, no sin sonrrojarme. Espero no les dé pena ajena. O penita.

Al maese Castañeda

¿Por qué siempre ir contranatura, contra la corriente?
¿Por qué siempre acabas mezclando literatura con el periodismo como si fueras el Chinaski?
¿Por qué no puedes ser como los demás?
A tu edad... yo te hacía pensando en comprar a 12 meses sin intereses con tu American Express Platino, mientras termina la serie de moda en HBO.
O un domingo, pagando con vales de despensa el supermercado. Y no en estos trotes... ¡Y no en estos trotes!
No cabe duda que siempre habrá hombres marcados por la noche y sus secretos
De los bares que huelen a mierda.
De las putas con cicatriz de la cesárea en el vientre, pero más marcas las de nuestro corazón.
¡Quién compartiera una cerveza en tu mesa con el Sabina sin parar cantando El Blues de la Soledad!
Aunque ese Sabina se empiece a "instalar" ya nos dejó un legado, un legado que los que lo escuchan por moda de unos pocos años para acá no lo pueden comprender.
¿Te acuerdas cuando vino al Palacio de los Deportes y cantó a solas para unos cuantos?
No lo sabes, pero tú escribiste sobre ese concierto en páginas sepia, como las fotos de la abuela, y yo, desde mi cuarto, con mi uniforme (también sepia) de secundaria, con un paisaje de tinacos y cables imaginaba que era tú.
Castañeda, te saluda uno de esos tipos que creció con barros y complejos y abrevó de tu Manual para Héroes o Canallas que es parecido al del Sabina, y que no puede más que a ambos decirles, maestros.
Hace más de 10 años hice esto mismo un par de veces, pero por vía epistolar.
No cabe duda que la tecnología nos enganchó.
Una pregunta más ¿La dirección de correo es para que te escriban las princesas o los bárbaros canallas como yo?
Tenemos un par de chelas pendiente.
H.C.

(Re)lecturas

Alguna vez leí un ensayo de Álvaro Enrigue en la extinta (!qué lástima de verdad¡) revista Viceversa donde hablaba de nuestra condición como lectores.
Enrigue decía que los lectores somos volubles y simples, más de lo que quisiéramos aceptar.
Agregaba que leíamos de una manera pendular. Primero, a los de una corriente hasta que nos cansábamos, para ir a otra. Entre ellas rescatábamos "clásicos". El ciclo se repetiría una, dos, tres veces y luego estaríamos muertos.

Traigo a colación esto, porque de repente me da por releer, como a todos supongo. Pero es un encuentro más bien extraño el que tengo con el viejo (nuevo) libro. Estoy releyendo Generación X y creí que nunca me sentiría tan identificado con los personajes como ahora.

¡Horror! Cada vez nos parecemos más a los gringos.

domingo, 26 de junio de 2005

De Generación X

Crisis de los 25 años: Periodo de hundimiento mental que se produce después de los 20 años, normalmente provocado por la incapacidad para vivir fuera del mundo de la enseñanza o de los ambientes estructurados, acompañado del descubrimiento de la propia soledad en el mundo. A menudo supone la iniciación en el ritual del consumo de fármacos.

Douglas Coupland, Generación X

martes, 7 de junio de 2005

La muerte de CNI

No había querido pronunciarme ante este hecho que considero sumamente grave: La desaparición de CNI Canal 40.
Podrá haber muchos argumentos en contra de esta televisora, que si Ciro era un dictador, que si apoyaba incondicionalmente a Andrés Manuel López Obrador, que si David Páramo tiene voz de pito y se viste con mal gusto, que si Carlos Albert se deja llevar por la pasión y es un visceral y fundamentalista en sus comentarios, entre otras muchas cosas más.

Pero lo cierto es que nadie puede negar que CNI hacía el noticiario más cercano a la realidad, sobre todo durante sus primeros años de vida, cuando contaban con mayores recursos y nutrían a la empresa algunos de los mejores periodistas de México, como Carlos Puig, Denisse Marker, Denisse Dresser y otros que se presentaban más como invitados o colaboradores.

Recuerdo las primeras ediciones de los programas Realidades, Séptimo Día, Todos hablan, Contenido Neto, entre otros. Cömo olvidar El Mañanero.

Por cierto, Televisa ya se llevó a algunos de los conductores de Dinero y Alebrijes y ahora pasan por Canal 4.

Recuerdo un hecho que me ha marcado de por vida, ya que lo viví, por decirlo en una frase cursi, "en carne propia": La Huelga de la UNAM en 1999.

En esos días de descanso obligatorio, Televisa y TV Azteca (o como le digo yo TV Azmierda), por nombrar sólo a las dos cadenas televisivas más poderosas del país, explotaron el tema de la Huelga como el Alarma haría de un cadáver ultimado sangrientamente.
Exhibieron de manera tendenciosa, antiética, ridícula, a la Universidad.

Recuerdo a un ¿reportero? de TV AZmierda, que se dirigió a un puesto de dulces de Ciudad Universitaria y pidió algo "de a 20 centavos". No, no hay nada de esa cantidad, dijo la señora que atendía el changarro. Y él, orgulloso de su ejemplo, como si se tratara de alguna de las analogías de un poema de Quevedo, denunciaba tajantemente. "Y mire usted, 20 centavos es lo que pagan los paristas de la UNAM por un año de educación".

En estos tristes días, donde he padecido la más terrible depresión de la que tenga memoria, recuerdo que la única opción para el debate y el diálogo (y aquí no importa que los paristas y las autoridades universitarias hayan estado sordos, unos, y mudos, otros) fue Canal 40.

Escribo este post porque hoy que iba en el Metro, rumbo al periódico, se subieron trabajadores de CNI con una pancarta que decía "¿Dónde estás, Moreno Valle? ¡VENDE!" y un bote pintado en colores rojo y negro. Sentí nostalgia.

Y también me acordé de un texto de Fabrizio Mejía Madrid sobre la toma de las instalaciones de CNI Canal 40 en el Cerro del Chiquihuite por parte de esas personas honestas, brillantes e inteligentes, que son los sicarios de Ricardo Benjamín Salinas Pliego.

He aquí unas líneas significativas de Mejía Madrid que aparecieron en 2003 en el Suplemento El Ángel de REFORMA:



"Somos nosotros, los televidentes, sin incredulidades, sin ingenuidades sobre las
posibles complicidades entre el poder y el hampa. Somos los que vimos surgir y
mutar al zapatismo, morir a Colosio, trasegar por el error de diciembre, ver el
triunfo de Fox por la tele porque nadie en su sano juicio podría celebrar eso en
las calles, lo que le costó vidas a la izquierda lo ganaba la ultraderecha. Nada
nos parece demasiado en un Presidente, nosotros que crecimos con López Portillo
y De la Madrid y votamos, sin éxito, contra Salinas y Zedillo. Fox escandaliza
porque es igual".


Y continúa el buen Fabrizio:



"No, señores, no es lo mismo CNI Canal 40 que Azteca, no es lo mismo un
periodista que un hombre al que no se le va el avión sino el teleprompter, no es
lo mismo Lorenzo Meyer que Sarmiento, no se puede equiparar a un académico con
La Academia".