martes, 7 de junio de 2005

La muerte de CNI

No había querido pronunciarme ante este hecho que considero sumamente grave: La desaparición de CNI Canal 40.
Podrá haber muchos argumentos en contra de esta televisora, que si Ciro era un dictador, que si apoyaba incondicionalmente a Andrés Manuel López Obrador, que si David Páramo tiene voz de pito y se viste con mal gusto, que si Carlos Albert se deja llevar por la pasión y es un visceral y fundamentalista en sus comentarios, entre otras muchas cosas más.

Pero lo cierto es que nadie puede negar que CNI hacía el noticiario más cercano a la realidad, sobre todo durante sus primeros años de vida, cuando contaban con mayores recursos y nutrían a la empresa algunos de los mejores periodistas de México, como Carlos Puig, Denisse Marker, Denisse Dresser y otros que se presentaban más como invitados o colaboradores.

Recuerdo las primeras ediciones de los programas Realidades, Séptimo Día, Todos hablan, Contenido Neto, entre otros. Cömo olvidar El Mañanero.

Por cierto, Televisa ya se llevó a algunos de los conductores de Dinero y Alebrijes y ahora pasan por Canal 4.

Recuerdo un hecho que me ha marcado de por vida, ya que lo viví, por decirlo en una frase cursi, "en carne propia": La Huelga de la UNAM en 1999.

En esos días de descanso obligatorio, Televisa y TV Azteca (o como le digo yo TV Azmierda), por nombrar sólo a las dos cadenas televisivas más poderosas del país, explotaron el tema de la Huelga como el Alarma haría de un cadáver ultimado sangrientamente.
Exhibieron de manera tendenciosa, antiética, ridícula, a la Universidad.

Recuerdo a un ¿reportero? de TV AZmierda, que se dirigió a un puesto de dulces de Ciudad Universitaria y pidió algo "de a 20 centavos". No, no hay nada de esa cantidad, dijo la señora que atendía el changarro. Y él, orgulloso de su ejemplo, como si se tratara de alguna de las analogías de un poema de Quevedo, denunciaba tajantemente. "Y mire usted, 20 centavos es lo que pagan los paristas de la UNAM por un año de educación".

En estos tristes días, donde he padecido la más terrible depresión de la que tenga memoria, recuerdo que la única opción para el debate y el diálogo (y aquí no importa que los paristas y las autoridades universitarias hayan estado sordos, unos, y mudos, otros) fue Canal 40.

Escribo este post porque hoy que iba en el Metro, rumbo al periódico, se subieron trabajadores de CNI con una pancarta que decía "¿Dónde estás, Moreno Valle? ¡VENDE!" y un bote pintado en colores rojo y negro. Sentí nostalgia.

Y también me acordé de un texto de Fabrizio Mejía Madrid sobre la toma de las instalaciones de CNI Canal 40 en el Cerro del Chiquihuite por parte de esas personas honestas, brillantes e inteligentes, que son los sicarios de Ricardo Benjamín Salinas Pliego.

He aquí unas líneas significativas de Mejía Madrid que aparecieron en 2003 en el Suplemento El Ángel de REFORMA:



"Somos nosotros, los televidentes, sin incredulidades, sin ingenuidades sobre las
posibles complicidades entre el poder y el hampa. Somos los que vimos surgir y
mutar al zapatismo, morir a Colosio, trasegar por el error de diciembre, ver el
triunfo de Fox por la tele porque nadie en su sano juicio podría celebrar eso en
las calles, lo que le costó vidas a la izquierda lo ganaba la ultraderecha. Nada
nos parece demasiado en un Presidente, nosotros que crecimos con López Portillo
y De la Madrid y votamos, sin éxito, contra Salinas y Zedillo. Fox escandaliza
porque es igual".


Y continúa el buen Fabrizio:



"No, señores, no es lo mismo CNI Canal 40 que Azteca, no es lo mismo un
periodista que un hombre al que no se le va el avión sino el teleprompter, no es
lo mismo Lorenzo Meyer que Sarmiento, no se puede equiparar a un académico con
La Academia".

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