¡No puede ser!
Ya son tres días sin cocas en la máquina de mi trabajo. Ayer, molesto por esta situación, y mi organismo con síndrome de abstinencia por la falta de glucosa de las coques muñiz --como Eric bautizó a la chispa de la vida-- no quise escribir. Pero hoy ya fue el colmo. Tuve que salir a comprar una botella de agua Bonafont de un litro que me costó 8 pesos. ¡Tampoco puede ser! Qué dirían mis ancestros si supieran que ahora un litro de agua cuesta casi un dólar. Ni modo.
Ahora recuerdo a un maestro de la Facultad que decía que la coca cola era más cara que el petróleo. Y hasta hizo unas ecuaciones donde comfirmaba su premisa. El litro de coca cola en verdad es más caro que un litro de crudo. Habrá que buscar yacimientos de refresco de cola...
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