El siguiente es uno de mis textos preferidos. Escrito en marzo o abril de 2002. Este texto es quizá mi consentido porque obtuvo mención honorífica en el Concurso Nacional de Cuento José Agustín 2003. Como lo he mencionado anteriormente, José Agustín fue mi escritor preferido en mi adolescencia y también como ya lo he dicho, soy el Rey de las Menciones Honoríficas.
Creo que el mayor mérito del texto es que fue leído por uno de mis escritores preferidos, Fabrizio Mejía Madrid, quien fungió como jurado en este certamen. Por cierto, de no ser por Óscar Hernández Razo, no me hubiera enterado de mi distinción.
Aquí está la página, de un diario de Acapulco donde me mencionan.
El texto se me ocurrió después de leer en los periódicos de un asesinato que ocurrió en un Burger King de Avenida Universidad, casi enfrente de donde trabajo y donde por cierto, frecuentemente acudo a comer.
Este texto, al igual que el de Navidad, creo marca mi tendencia a dejar de escribir textos marcadamente realistas-urbanos y escribir con más ironía. Y también, creo que este cuento es lo último que he escrito de ficción y me asusta que ya hayan pasado tantos años.
POR LA VIDA VAGA SOLO UN CORAZÓN
POR HÉCTOR CRUZ
Las hamburguesas deben haberme gustado, prácticamente, desde que me salieron los primeros dientes. Fueron un agente condicionante en mi vida gracias a ese invento gringo que es la Cajita Feliz. Producto del método premio-castigo con que me educaron mis padres, muy pronto me di cuenta que podría hacerme de una, cada semana, si obtenía buenas notas. Además de la hamburguesa, lo que más disfrutaba esos sábados eran las papas fritas, la catsup mezclada con mostaza y trasladarme por unos tubos de plástico, sólo para niños, cual hámster en su jaula.
SIGUE...
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