Hace mucho que no escribo, quizá se deba a mi más reciente periodo depresivo.
Hoy me animo a hacerlo porque iré a ver a Silvio al Auditorio Nacional.
Como dice Marcelino Perelló cuando se refiere a personajes con el puro nombre, Silvio no necesita apellido.
Por cierto, hace unos días vino Sabina a México (al Festival de la Palabra, donde el año pasado me tomé unas fotos con él. Me las tomó Alejandro Meléndez, un buen cuate de la Facultad y que es fotógrafo del diario Récord), no lo fui a ver, pero por las imágenes que me llegaron, se ve viejo y bonachón.
Es lo malo: nuestros más queridos (anti)héroes deberían morir jóvenes...
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